He visto esta foto en internet, de amigos de mi pueblo con un cartel de mensaje importante escrito con ortografia horrible. Pero no se equivoquen. En ese grupo de gente que parecen comunes, borrachos y felices, hay doctores en medicina, administradores de empresas, entrenadores deportivos, y un escritor premiado. Sin duda, saben escribir como Cervantes. Pero esta lo otro: son de Guisa. Son atravesados, jodedores, irreverentes. Ese cartel no dice “Zomos felizez Aky”. Ese cartel dice “Me cago en la disciplina, hay que hacer cosas al reves, reirse de los otros pero tambien de uno mismo”. Ellos, son gente que sabe…
Hay que empezar por el principio: Guisa fue fundado por alguien llamado Jose Antonio de Silva y Ramirez, alla por 1766. Carlos III, (el rey de Espana, no la tienda de La Habana), lo nombro marques poco despues.
Fue un cabildo mas o menos prospero, que conectaba la sierra con el sur de oriente, y acercaba a la gente al mar a traves del rio Cauto, que en ese entonces era una via de agua navegable para buques, y no la zanja sucia que es ahora.
O sea, tenemos un marques en el arbol genealogico. Descendemos de alguien con titulo nobiliario. Tengo un amigo que opina que somos una casta, una raza, un modo de vida.
Calixto Garcia, el general insurrecto, le metio bala al pueblito, corto cabezas peninsulares y achicharro la iglesia, que dicen que era de lo mas bonita. Solo quedo frente al parque ese pedazo de muro mutilado por la dinamita mambisa y las meadas de las generaciones que vinieron despues. La iglesia no fue reconstruida hasta hace unos anos, y la fe catolica generacion tras generacion se practicaba en las casas, muros adentro. Como dato interesante dicen que desde los anos 20 hasta los cincuenta, en Guisa habia prostibulos casi en cada esquina. Alguien una vez menciono que habia como “ocho o diez de esas casas de pecado”, lo que me dice que no habia muchas esquinas. La informacion es curiosa: varios prostibulos, y ni una iglesia. O sea, de ahi traemos la tendencia actual de creer en todo pero no querer ir a iglesia alguna. Ahora tambien sabemos de donde nos viene eso de querer templar en cada esquina porque asi lo hacian nuestros antepasados, y ahi seguimos con la tradicion.
En la revista Bohemia, en los anos cincuenta, una vez salio publicado un reportaje a pagina completa sobre nuestro pueblito. Habia hasta una foto . La imagen era de un automovil espectacular, Chevrolet creo, subiendo por un poste de la luz. El articulo explicaba que sus ocupantes habian ingerido una cantidad de alcohol capaz de matar a un rinoceronte, conducian locamente, y le habian pegado al poste electrico, que no se rompio (era de los buenos de antes). El auto habia quedado con la defensa trasera en el suelo y el frente apuntando al cielo apoyado en el palo. Desde entonces, somos buenos en eso de beber alcohol (o lo que sea que nos ponga happy) y manejar como locos. O no beber nada y manejar mas locos aun. Y querer darle con los carros a cualquier cosa, y a veces sobrevivir, y a veces no.
Tuvimos nuestro villano, un Padrino tropical, nuestro Al Capone. Traficaba marihuana y regalaba la mitad del dinero a la gente pobre. La otra mitad se la bebia o lo gastaba en aquellas ocho o diez esquinas del pueblo. Se llamaba Edesio Hernandez, y lo mato un amigo traidor. El titular de Bohemia que hablo de su muerte era “Muerto Edesio, el Rey de la Sierra Maestra”. Pagaba sus deudas, no pegaba a las mujeres, ni usaba los pantalones a media nalga.
Tenemos una raza muy fina entre los desconectados del mundo real. Esos que llaman los locos, pero que deberian llamarse los felices: Chacaro y su ego de estrella de cine. Omara, vestido de militar, que te sacaba un machete y te agarraba por el cuello y te preguntaba con un grito “tu eres de los Martinez cojoneee…!?” Y esta Nolbert el Loco, que te vende un cerdo en cien pesos si le ofreces 150, porque para el ese es el numero mas grande. Hay que hablar de Chacha, (el loco de verdad, no el otro), que podia tumbar un hombre, o un caballo de una bofetada. Recuerdo a Ullo (o se escribe Uyo, o Huyo?) que se sabia un solo numero. Le preguntabas “Ullo, cuantas?”, y te respondia siempre “Mil”. Y estaba Pipo, al que un cromosoma de mas lo convirtio en alguien que padecia de Sindrome de Down, y de felicidad cronica. Conozco gente que en medio de un ciclon categoria 3 sale a la calle, a “banarse en el aguacero”. O ante una crecida de rio se lanzan a nado solo “porque dice este que yo no puedo cruzar, y le voy a tapar el hocico…” (bueno, en verdad decimos “jocico”).
Nosotros tenemos gente que hace cosas vedadas al ser humano comun. Una vez fui a ver la pelota en Bayamo. Al lado de mi estaba sentado el Bebe. Si ese mismo, el hijo de Rey el mecanico. Tenia una caja de carton con bocaditos de jamonada, y un pomo plastico lleno creo que de refresco. Se lo comio todo en cuatro innings. No le dio un cachito a nadie. En aquella caja habia como ocho libras de comida. Cualquiera se habria muerto, pero no el Bebe.
La necesidad impone que algunas personas hagan cosas que bajo condiciones normales serian imposibles.Hercules cumplio sus doce trabajos porque era eso, o morir. Pero nada se compara a lo que puede hacer un guisero a la luz de un encojone. Pajito el de la calle Maceo habia pedido por meses a amigos y parientes que lo ayudaran a traer desde Bayamo tres sacos de cemento que tenia guardados alla “en la casa de un compadre”. Nadie coopero. Asi que nuestro semidios agarro un vagon de construccion y se fue tranquilito por la orillita de la carretera hasta donde su compadre en Bayamo, monto las bolsas de cemento, y las trajo hasta su casa en Guisa. Todo caminando. Al par de infelices que lo vieron desde sus carros en la carretera y le ofrecieron montar con su carga, dicen que les respondio “vayanse a la mierda”.
Tuvimos nuestros Beatles, a los que llamaban Yaravi.
Esta este tipo, flaco, jodedor, que jamas estudio musica, un Eric Clapton pobre que es capaz de construir una cancion de la nada y hacer hablar a su guitarra destenida, se llama Eric Boza. Alguna vez lo vi tocar en un grupo, para turistas, en las lomas de la sierra. Se paro frente al microfono e hizo un solo de guitarra tomado de “La casa del sol naciente”, una cancion en ingles que hizo epoca en los sesenta. Aquellos europeos “caras palidas” estaban boquiabiertos, y lo aplaudieron largo rato.
Alla se pasea un Edgar Allan Poe graduado de Ciencias de la Fisica, condenado al ostracismo de la brecha tercermundista, que escribe cosas dificiles y hermosas a lapiz y libreta en un cuarto donde hay mas espacio para sus libros que para su cama. Se llama Eduardo y le dicen el Tinto. Sus poemas son atravesados, rabiosos, y si una mujer los lee, esa noche la cama del Tinto se desarma…
Y esta el otro, Licenciado en Fisica, con un sentido del humor toxico e inteligente. Le dio por escribir, pero no se fue a la cosa actual de andar con bufanda al cuello o de escribir algo imposible de entender. Escribio en decimas, eso que cantan los guajiros. En decimas espinelas que hablan de Einstein, de los ojos de esa muchacha, de lo jodio que anda todo pero tambien que no hay que comer tanta m… y seguir siendo feliz. Se llama Alexander, el Coco. El Coco, que ha leido y publicado libros, que puede hacerte un chiste en ingles. Le dieron un premio grande, del que se entero Cuba entera. Ahora es un intellectual, pero bebe a pico de botella con los amigos de siempre, se sienta en el parque de siempre, se rie como siempre, inteligente y bueno, como siempre. Hay grandeza en ese gordito.
Nuestra decada prodigiosa se fue a pique cuando Dimitri no canto mas, y cuando cortaron los Alamos del parque para construir esa cosa aberrante que es un cajon de cemento inutil rodeado de banderas destenidas en la esquina que da a la plaza.
Desde pequeno estoy oyendo contar la historia de un camion cisterna que se incendio frente a una gasolinera, justo en medio de la zona urbana. La gente se aterrorizo, trataron de apagarlo con lo que habia a mano, pero fue imposible y aquella bola de metal repleta de combustible podia estallar en cualquier momento. Entonces alguien se monto en el camion. Lo arranco, lo manejo hasta las afueras del pueblo, como una bestia mitologica en llamas, hasta un area deshabitada, donde acabo de achicharrarse sin bajas civiles.
Mas recientemente, en medio de una borrachera en la cervecera, mientras llovia, un rayo tumbo a tres paseantes (es que no se como decir que estaban alli bebiendo, no creo que la palabra sea “bebantes”). Un doctor (que estaba alli de bebante) se lanzo al fango, compresiones en el pecho, boca a boca, bofetadas, y uno por uno los saco del hueco a los tres. Los llevaron para el hospital. Y la leyenda dice que el tal doctor siguio alli tomando cerveza, como si nada, porque acababa de hacer lo que hace un doctor cada dia, que es no dejar que la pelona te lleve, por mucha cerveza de pipa que tenga en vena.
Tenemos ideologos, y filosofos. Como Atenas tuvo a Platon o Socrates, nosotros tenemos a aquellos que han influido en nuestro modo de ver la vida e interpretarla. Son los creadores de nuestro estilo. Ellos introdujeron el concepto de que es mejor que te lleven a Varadero que a pelear a Angola. O la idea de que si hay algun problema, “deja que la chiva hale que la soga es nueva”. Tambien estan los estoicos, esos que plantean que si has invitado a cinco o seis a comer jutia, pero el animal se te escapa de las manos cuando lo ibas a extraer del saco donde lo tenias, y te deja embarcado sin saber que cojones vas a cocinar ahora para los comensales que esperan, nunca debes perder el control. Solo mirar la cola de la jutia que huye monte adentro y gritarle “Vaya bien, Caga’!!!”.
No tenemos aguardiente, o brandy, o cognag. Tenemos “ron de 120 pesos, de sesenta pesos, y de treinta pesos”. Somos tan exclusivos, tan elitistas, que en los velorios contratamos a un tipo llamado Bejuco, que viene con un colador de tela del tamano de un paracaidas y una olla de esas de cocinar en las escuelas, para que haga el café al lado de nosotros, para sentir el olor, ver la candela, y porque no tomamos esa mierda que venden en las funerarias.
La unidad monetaria no es el peso. Ni el CUC, ni el dolar. Nosotros vendemos y compramos en “riales”.
No vivimos en el 127 de la calle Alamo. No hay poesia en decir que vives en Calle Antonio Maceo entre Victor Ramos y Jose Marti. Vivimos “frente a Pigua”, o “en Manacas, al bajar la Lomita”, “atras del hospital” o para mas senas “al lao de donde muelen maiz”.
Igual no busques a Manolo Rondon. Asi, de nombre y apellidos, solo se les llama a los muy-muy viejos, o a los que tienen mucho – mucho dinero. Pregunta por Noni, El Jigue, Manano, El Perico, El Monito, o Jicoteo. Quieres encontrarlo por el apellido? Pepe el Negro, Yoyi la Mona, Alberto Bemba, o “Fulanito” el tarru.
Somos iguales a los de la foto. Los intelectuales y los albaniles y los plomeros y los vendedores de carne y los que dejamos la escuela y los que no la dejamos, bebemos juntos. Andamos de fiesta o de velorio juntos. Caminamos por la vida riendonos de otros y de nosotros, y aunque nos vayamos, seguimos pensando que si, “Zomos felizez Aky”, en Guisa.