PARA LOS HIJOS DE UN MÉDICO
¡Qué orgullo tener un MÉDICO en casa...!
El niño despierta mirando para todos lados, como buscando algo. Lo primero que ve es a su abuelo/a, o tío/a o hermanos mayores, y con un gesto de duda le pregunta, ¿dónde está mi papá? Papá, mi niño, se fue a trabajar. Al niño le invade un silencio y una inmensa tristeza. Vuelve a preguntar, ¿y por qué papá tiene que irse tantas veces antes de que amanezca, y regresar después de que me duermo? La persona que le acompaña, con un gesto de amor y de orgullo, le contesta: porque es un MÉDICO.
Mientras lo vestía, el niño vuelve a mostrar su curiosidad y pregunta, ¿qué es un MEDICO? Ante la duda le contesta: es aquel hombre o mujer que no tiene horario de trabajo, no tiene Navidad, no tiene Año Nuevo, no celebra cumpleaños ni días feriados, y tampoco tiene veranos ni inviernos. Para él todos los días son iguales, es como la bandera nacional, se lava con la lluvia y se seca con el sol. Es aquel que no te ve cumplir tus añitos, que tiene como amiga la oscuridad de la noche, las estrellas, con quien comparte sus problemas y en las noches más frías, comparte sus pensamientos; es aquel que no atiende a su familia porque debe atender a los demás; es aquel que duerme menos que cualquiera a lo largo de su vida y sabe que morirá antes que los demás, cansado y a veces, sin amigos. Es aquel quien muestra tu foto y dice orgullosamente: ¡éste es mi HIJO!
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